¿Quién es Manuel Huerta Ladrón de Guevara? El senador detrás del desvío de millones y la reforma retroactiva al Amparo”       

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Acusaciones de acoso y violencia sexual

En 2019, Martha N., exempleada del gobierno federal en Veracruz, lo denunció por abuso sexual. En su declaración, narró cómo Huerta la citó en un motel bajo engaños, donde ya la esperaba desnudo, con claras intenciones de violentarla. Las amenazas fueron brutales: “No te hagas pendeja, ya sabes a lo que venimos… o qué, ¿a poco crees que todo en esta vida es gratis? Si quieres algo, gánatelo dándome las nalgas…”. Aterrada, Martha escuchó cómo le advertía que conocía su domicilio, que tenía poder para destruirla y correrla de su trabajo. Además, lo describió con una enfermedad en la piel semejante a psoriasis. No fue la única: existen tres denuncias por abuso sexual en su contra, congeladas gracias a sus pactos con el entonces secretario de Gobierno de Veracruz, Eric Cisneros Burgos, y con la fiscal Verónica Hernández Giadans.

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El desfalco de Sembrando Vida

Huerta convirtió el programa Sembrando Vida en un negocio personal. A los campesinos les descontaba 500 pesos de los 5,000 que recibían, supuestamente para un “fondo de ahorro”. Ese dinero nunca apareció. Quien lo denunció, como el beneficiario Roberto Lagunes, perdió el apoyo y jamás recuperó lo robado.

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De invasor a millonario

Su historia política arranca en los años 80 como dirigente de invasiones de terrenos en Veracruz con la UCISV-Ver. Siempre operó con chantajes disfrazados de “causas sociales”, pero en realidad el negocio era para él. En el PRD, luego en el PT y después en Morena, Huerta se volvió un operador de Andrés Manuel López Obrador y de Cuitláhuac García. Fue diputado plurinominal dos veces y dirigente estatal, siempre moviéndose entre pactos oscuros. Incluso recibió protección de Javier Duarte cuando gobernaba Veracruz, y de los Yunes del Estero cuando estos tomaron el poder. En 2020, la propia dirigencia nacional de Morena lo señaló por comprar propiedades con sobreprecio, pagando 25 millones de pesos por un terreno que valía cuatro veces menos.

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Programas sociales, el negocio electoral

Como delegado de Bienestar en Veracruz, Huerta creó un imperio electoral: tarjetas clonadas, cobros con nombres de muertos, amenazas a beneficiarios y estructuras vendidas al mejor postor. Convirtió los apoyos sociales en un mecanismo de control político. Durante el gobierno de Cuitláhuac García, Marlon Ramírez Marín denunció cómo Huerta cobraba las pensiones de adultos mayores fallecidos. Nada prosperó porque Cisneros Burgos le filtraba información para protegerlo.

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Pactos y complicidades

Huerta no criticaba los negocios ilícitos de Cisneros ni de Cuitláhuac: robo de grúas, extorsión de policías, cobros de piso. Su silencio se compraba con porcentajes de esos mismos negocios. Incluso negoció con Cisneros para congelar las carpetas de investigación por violación sexual, a cambio de apoyos electorales.

 

Ambiciones y traiciones

Cuando fracasó en su intento por ser gobernador, buscó la primera fórmula al Senado. Fue relegado a la segunda, y para asegurar votos obligó a beneficiarios de programas sociales a votar por él bajo amenazas de quitarles sus apoyos. Hoy posa como “crítico” de Rocío Nahle, pero en realidad busca seguir enriqueciéndose. Sus medios a sueldo amplifican su discurso incendiario.

 

Un historial nauseabundo

Más allá de la política, lo describen como sucio, descuidado y con pésimo aseo, al grado de que reporteros deben taparse la nariz al acercarse. En la Universidad Veracruzana también quiso imponer al rector Martín Aguilar para mantener control. Igual operó candidaturas de Movimiento Ciudadano en Veracruz, colocando a sus allegados en cargos clave.

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La verdad sobre Huerta

El saldo de Manuel Huerta Ladrón de Guevara es claro:

• Acosador sexual protegido por el poder.

• Corrupto que robó a los más pobres a través de Sembrando Vida y Bienestar.

• Traidor político que se vende al mejor postor.

• Operador electoral que controla estructuras con amenazas.

Un personaje que, con cinismo, aún pretende aparecer como “paladín” de la transparencia mientras arrastra un historial de crímenes, abusos y corrupción.